Etanol como alternativa a las gasolinas, prohibido en principales zonas metropolitanas

 

Los biocombustibles son la respuesta adecuada a la crisis desatada por el precio de las gasolinas; la capacidad de producirlos puede ser tan amplia como sea necesario, los motores de los autos recientes pueden utilizarlo en mezclas con gasolina sin necesidad de ajustes, y su precio es 30 a 40 por ciento por abajo del precio de la gasolina magna.

Sin embargo, la norma oficial mexicana NOM-016-CRE-2016, Especificaciones de calidad de los petrolíferos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el pasado 29 de agosto de 2016, prohíbe su uso en la zona metropolitana de Guadalajara, pese a que el uso de este tipo de combustóleo de origen orgánico, y por ende, biodegradable, mejoraría ostensiblemente la calidad del aire de la ciudad, uno de los problemas más graves de la metrópolis.

“Se prohíbe el uso de etanol en la ZMVM [zona metropolitana del Valle de México], ZMG [zona metropolitana de Guadalajara] y ZMM [zona metropolitana de Monterrey]. Se permite un contenido máximo de 5.8 por ciento en volumen de etanol anhidro como oxigenante en gasolinas Regular y Premium, en el resto del territorio nacional, en cuyo caso, por las características físico-químicas de este aditivo, debe ser mezclado durante la carga de los autotanques en las instalaciones de almacenistas y distribuidores en el punto más cercano previo al expendio al público”, señala la norma, que se puede leer completa en http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5450011&fecha=29/08/2016.

Esta situación es considerada absurda por la diputada local por Jalisco, Mónica Almeida, coordinadora de la fracción del PRD, quien destaca la necesidad de establecer una “democracia energética” que retire el monopolio a los hidrocarburos, garantice el acceso a fuentes de energía a toda la población y reduzca el enorme problema de la contaminación, punto nodular de un exhorto legislativo, que de forma unánime aprobaron los diputados locales el pasado 12 de enero.

“La energía tiene por ley, en el artículo 26 de la Constitución está muy claro, que ser accesible a todos los mexicanos; siempre se han impulsado distintas vías de energía […] cuando tenemos la oportunidad de tener acceso a biocombustibles derivados caña, sorgo, maíz o desechos orgánicos, la pregunta es por qué no están disponibles, porque los mexicanos no tenemos la oportunidad de elegir entre opciones más económicas, pero sobre todo menos contaminantes”.

De hecho, hay una creciente oferta de biocombustibles, pero al carecer de estímulos del sector público, hay un subaprovechamiento de sus posibilidades. “Tampoco vemos que Jalisco sea una excepción; no vemos una vía sostenida, estratégica […] tenemos también esa prohibición en las tres áreas metropolitanas, lo que cancela la posibilidad de que nuestras gasolinas las mejoremos con mezclas entre combustible de hidrocarburo y bioetanoles; esta norma dice que en lugar de usar biocombustibles debemos usar éter que se importa de Estados Unidos y que de hecho allá no se usan por riesgos a la salud […]somos, así, prisioneros de intereses económicos que no nos permiten un desarrollo adecuado”.

– La pregunta más acuciante que se hace la gente es si los motores de sus autos están habilitados para esos combustibles alternativos…

– Yo invitaría a todos los ciudadanos a que revisen sus vehículos; tienen dos opciones: leer el manual que debe indicar el tipo de combustible con que puede funcionar o más simple aún, ver el tapón de la gasolina, tiene que tener ahí un símbolo E2, E20 o E85 y significa que ese tanque admite bioetanol hasta en 2 por ciento, o 20 por ciento o hasta 85 por ciento; ya la industria automotriz diseñó motores para la transición a los biocombustibles, es una política internacional, de los convenios de París [el acuerdo de partes de 2015], para irnos moviendo dentro del cambio climático; por eso la industria debe de ajustarse…

La legisladora destaca el caso de los ingenios azucareros. Hay una política nacional para prevenir la diabetes y el sobrepeso por su fuerte impacto negativo en la salud de los mexicanos, y es usual que la azúcar sea un componente de ese problema. Si la demanda tendería a bajar –aunque no suceda probablemente hasta ahora- los ingenios tienen una enorme oportunidad de reconversión con el tema de bicombustibles. Son los estados de Veracruz y Jalisco los líderes en el sector azucarero. De hecho, el ingenio José María Martínez, de Tala, es uno de los tres más grandes del país.

“Hoy en día tenemos en el país 57 ingenios habilitados para la producción de etanol, pero solamente están operando 44 por ciento, en promedio, de esa capacidad; ¿a qué se debe? A que justamente la norma de la que hemos hablado limita al país, no es posible que Guadalajara no pueda utilizar el bioetanol […] por eso estamos proponiendo un cambio a la Ley de Bioenergéticos, para que efectivamente se abran las posibilidades y la nuestra sea una economía basada en el uso de biocombustibles”, precisa la legisladora, que soporta sus datos en estudios internacionales, nacionales, y en el trabajo de investigadores de la Universidad de Guadalajara.

Señala que en Jalisco, existe en el municipio costero de Tomatlán, una empresa denominada Isthmus “que tiene todo un diseño , autosustentable; primero reservan para el uso alimenticio, y de lo que ya no se requiera para estos efectos, usan sus etanoles que utilizan para sus propios sistemas de producción, sus tractores, sus vehículos de distribución; y con esos mismos biocombustibles pueden generar otro tipo de energías, hasta eléctrica; se trata de un modelo de producción muy importante que permite desarrollar la economía y los empleos […] están reciclando de su propio sistema de cultivo, de su cosecha y de sus desechos, y eso significa que en México ya están puestas las posibilidades para producir etanol; la industria automovilística ya tiene la condiciones ex profeso, los autos de menos de diez años ya pueden llevar mezclas y además, hay algunos aditamentos que se pueden poner para potenciarlo esto aún más; no cuestan más de cuatro mil pesos, están al alcance”.

Ese es el tipo de transición económica que Jalisco no ha realizado: hoy en día, la oferta delos expendios de gasolina es la habitual de Pemex, y ni siquiera en los municipios no metropolitanos existen opciones distintas.

“Hemos analizado que con una producción a escala, que dé una oferta de biocombustibles amplia, el beneficio a la economía dela gente sería notable: si ahora llenas un tanque de 60 litros a 1,100 pesos, el costo con etanol y algunas mezclas puede llegar a 730 pesos, es muy importante el ahorro […] y si me apuras, me parece que el tema de la energía debería de sujetarse a un modelo de renta-base, porque son recursos naturales de todos, debemos tener la propuesta para garantizar un mínimo de acceso, hasta cierto punto gratuito, y por lo tanto estamos hablando de una democracia energética, y tener garantizado el acceso a la energía”.

Pero no se trata de mantener subsidiada la gasolina con sus altos costos ambientales; “lo que sí debemos garantizar es que esta producción de etanol se vaya impulsando con modelos público-privados, para no volver a caer en el problema que hoy nos tiene con las gasolinas; son plutocracias, son monopolios”, también podría ser la punta de lanza del fortalecimiento de economías locales y regionales. La potencia de Jalisco en el sector primario ofrece materias primas y posibilidades. Cuestión de cambiar las formas de trabajo y producción para mejorar, puntualiza.

UN EXHORTO Y UN DEBATE

Por iniciativa de la fracción del PRD, se aprobó en el Congreso local, pedir al Congreso de la Unión y a la presidencia de la república, suspender la liberación de las gasolinas mientras no se garanticen las alternativas de mercado para acceso a otras fuentes de combustible; también se exige retirar la prohibición de distribuir y comercializar etanol y biocombustibles en Guadalajara y otras áreas metropolitanas. Se plantea la necesidad de discutir una “democracia energética” basada en un bajo impacto de carbono.

 

CLAVES

Una llave para paliar crisis y contaminación

*México cuenta con una subproducción de biocombustibles; en el caso del etanol de los ingenios azucareros habilitados apenas rebasa 40% de su capacidad productiva

*El transporte “contribuye con 14% de la contaminación producidas por emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global”; el uso de biocombustibles “puede disminuir la emisión de gases de efecto invernadero hasta en 86%”

*Con los precios actuales, llenar un tanque de 60 litros de gasolina regular o magna cuesta más de mil pesos, en una tendencia alcista que se mantendrá todo el año y podría llegar a 1,200 pesos

*“Si hoy, la NOM-016-CRE-2016 permitiera el uso de bioenergéticos como el etanol en las zonas metropolitanas de Guadalajara, Monterrey y Valle de México, el costo del llenado del tanque de 60 litros sería de tan sólo de 730 pesos”

*El Atlas de la Agroenergía y los Biocombustibles en las Américas, del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, “calcula que para sustituir 10% de la mezcla de oxigenante en las gasolinas a nivel nacional, sería necesario establecer 657.6 mil ha de caña de azúcar para la producción de etanol; es decir, una superficie similar a la actualmente establecida para la producción de azúcar”

*Para sustituir sólo 10% en la zona metropolitana de Guadalajara, “que consume 100 millones de litros diarios, necesitaríamos 53,797 hectáreas” de cultivos.

Fuente: https://www.zafranet.com/2017/02/etanol-como-alternativa-a-las-gasolinas-prohibido-en-principales-zonas-metropolitanas/

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